Quienes trabajan en el ámbito profesional turístico desde hace más de una década han sido testigos de cómo las nuevas tecnologías han cambiado por completo el entorno. Ahora, la mayoría de la población turística está formada por viajeros más informados, que demandan experiencias personalizadas, usan las tecnologías de la información y la comunicación para encontrar lo que desean y reciben una atención inmediata por parte de los proveedores. Y al mismo tiempo, el número de turistas digitales que encajan en este perfil es cada vez más alto, ya que se han flexibilizado precios y cada vez un porcentaje mayor de la población tiene acceso a experiencias turísticas en todo el globo.
La tecnología es quien ha hecho posible este nuevo escenario donde las tendencias han marcado un camino muy diferente al que había hacía décadas. Y en el centro de todo se encuentra el cliente, con muchos más recursos a su alcance, lo que ha hecho que todos los profesionales del sector se esfuercen por actualizarse y ofrecer calidad en este panorama marcado por cinco claves:
– Un cliente hiperconectado, con acceso a toda clase de información. El tiempo que hará, las rutas con más demanda, aplicaciones para traducir idiomas, para tener información sobre el tráfico, para saber cómo llegar caminando desde el hotel al museo… A través del móvil, el turista digital tiene acceso inmediato a toda la información práctica que necesita para sacar el máximo provecho a su viaje. Además, puede hacer compras o reservas sin desplazarse al punto físico de venta.
– Información de otros viajeros. Comprobar si un hotel está bien ubicado, tiene buenos servicios o si la atención al cliente es buena es una tarea que los turistas actuales realizan con frecuencia leyendo los comentarios de otros clientes a través de plataformas como Trip Advisor y otras similares. De ahí que todas las empresas relacionadas con el sector turístico se esfuercen incluso más por ofrecer unos servicios completos y de calidad.
– Experiencias personalizadas. Los viajes a medida ya no son una excepción. Ahora, el turista demanda unas vacaciones en las que él mismo diseñe qué actividades realizará, los lugares a explorar, si desea hacerlo en compañía de otros turistas o solo… Son las empresas turísticas las que se adaptan al cliente y no al contrario.
– El papel de las redes sociales. La experiencia de los viajeros queda plasmada en muchos casos en sus redes sociales, que se han convertido en una buena plataforma de promoción para los profesionales turísticos si ofrecen buenos servicios y consiguen satisfacer a sus clientes. Por otra parte, toda empresa turística cuenta ahora con redes sociales a través de las que no solo promociona sus servicios sino que también atiende las consultas, demandas o quejas de sus clientes. La interactividad es crucial, entre otras razones porque el cliente se puede convertir en un prescriptor que recomiende los servicios usados.
– Marketing individualizado. Gracias al Big Data, el marketing turístico ha sufrido un importante cambio, ya que permite personalizar los servicios en función del perfil del usuario. El cliente es ahora el centro de la estrategia publicitaria. Los destinos y servicios que se ofrecen siguen siendo importantes, pero adaptados al público objetivo específicamente.